Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1441
Legislatura: 1891-1892 (Cortes de 1891 a 1892)
Sesión: 18 de enero de 1892
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 113, 3292-3293
Tema: Continúa la interpelación sobre la crisis ministerial

El Sr. SAGASTA: Si yo le contestara al Sr. Duque de Tetuán, como se merece por lo que acaba de decir, es posible que me ganara la opinión de hombre [3292] de mal genio y de agrio carácter, y no quiero ganármela. Voy a decir a S. S. sencillamente dos cosas. Su señoría estaba en el partido liberal (El Sr. Ministro de Estado: Exacto) No le acomodaba mi dirección dentro del partido liberal, pero por lo mismo?(El Sr. Ministro de Estado: no es que no me acomodara, sino que no me inspiraba confianza.) Bueno; por eso no le acomodaba? (El Sr. Ministro de Estado: No me inspiraba confianza.) Pues eso; es igual. (Risas.) Pero por lo mismo hacía más pruebas de adhesión y de respeto y de disciplina y de cariño al partido liberal. (El Sr. Ministro de Estado: A los hombres y a S. S., de consideración y de cortesía siempre, y aún hoy mismo.) Pero de adhesión al partido, ¿no es verdad? (El Sr. Ministro de Estado: A las ideas.) Pues yo, Sr. Duque de Tetuán, ¿me he quejado de que S. S. se haya separado de mí? De lo que me he quejado ha sido de que S.S. se haya separado del partido liberal. (Muy bien, en la minoría fusionista.) Si no estaba conforme con mi dirección, y además no estaba dentro del partido, ¿por qué ha continuado S. S. tanto tiempo con nosotros, hasta que hemos caído del poder? (Risas.)

De manera que la ida es lo que yo critico. Por lo demás, ¿cómo? Cada cual tiene libertad para tomar la bandera que tenga por conveniente y variar de opinión, cuando lo conceptúe necesario y crea digno. Pero es que S. S. se ha separado en mala oportunidad, no de mí, de lo cual no me he quejado, sino del partido liberal, sin decírselo siquiera, sin previo aviso. ¿Le parece a S. S. bien eso? (El Sr. Ministro de Estado pide la palabra.) Pues a mí me parece muy mal.

En esto, cada cual juzga las cosas, como lo cree conveniente; es cuestión de oportunidad, y S. S. lo ha hecho bien inoportunamente; porque dos días antes de la crisis, nada más que dos días antes, S. S. dijo que estaba dentro del partido liberal y que dentro continuaría, y en todo caso, así como viendo algo en lontananza, añadía: "Como yo lo que defiendo y quiero son las ideas del partido liberal, si algún Gobierno, otro Gobierno que el actual (parecía que se refería S. S. a otro Gobierno liberal) las practica, con él estaré, y estaré desinteresadamente." (Risas.) ¿No era eso lo que decía S. S.? Pues ahí están sus palabras en el Diario de las Sesiones. Y siendo esto así, ¿le parece a S. S. bien, que a los dos días se supiera por la Gaceta que era S. S. Ministro de Estado de un Gobierno conservador? (Risas.)

Por lo demás, Sres. Diputados, aquí hay que abandonar ya ciertos convencionalismos. ¿Es que ese Gobierno es liberal? ¿Es que el partido conservador acepta en todo la doctrina, acepta como bandera y como ideas suyas todas las doctrinas, ideas, bandera y programa, que nosotros hemos defendido y llevado a las leyes? ¿Sí o no? (Aprobación en la minoría liberal.) Por más de que, aunque se diga que, como partido, tiene las mismas ideas y programa, yo no le he conocido; porque si el partido conservador cumple y practica las leyes del partido liberal, ya he dicho que cumple, al hacerlo, una obligación ineludible, que tienen todos los partidos; pero esto no significa, que esas ideas, traducidas en leyes, sean el programa del partido conservador. El partido conservador hace con las leyes del partido liberal lo que el partido liberal hará el día de mañana con las leyes del partido conservador, que no tendrá más remedio que practicarlas y cumplirlas, ínterin no traiga a las Cortes un proyecto modificándolas. Pero eso de hacerse conservador un demócrata, porque ha habido demócratas que han estado a su lado como tales demócratas, esto, francamente, no puede pasar, ni espero que lo consienta el Sr. Cánovas del Castillo, que es un poco más consecuente que esos amigos suyos, que tales cosas hacen.

En cuanto a la creencia de s. S. de que mi dirección descomponía el partido liberal, sólo diré que cerca de cinco años ha estado el partido liberal en el Gobierno, y varios antes en la oposición, y a pesar de lo que S. S. hacía, que era negar la autoridad de mi dirección, no se ha ido nadie, ni ha habido descomposición ninguna; al contrario, cada vez el partido liberal está más unido, más robusto y mejor; porque , si se le ha ido algo, ese algo es que no estaba bien allí; y lo que no estaba bien allí, no hace bien tampoco en otro lado. (Muy bien, en la minoría liberal.) Todos han estado conformes con mi dirección, sin creer que ella podía traer nada menos que la descomposición del partido liberal. Muchas cosas ha hecho el partido liberal, que algún día las recordará la historia, todas interesantes para el país, y créame S. S. que, a pesar de lo que dice de mi dirección, aún espero conducirle a empresas tan importantes y tan arduas como las que ha sabido resolver con tanto éxito y para tanto bien de la Patria.



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